11.1.06

Arqueologías

UTOPIAS URBANAS

1. Charles Fourier


Si queremos hablar de utopías urbanas, sería de justicia empezar por el principio: Charles Fourier. Nacido en 1772 y muerto en 1837, Fourier llegó algo más tarde que la polis ateniense o que las ciudades ideales de Alberti y el Urbanismo Barroco, pero fue el primero en formular lo que aquí nos interesa: una teoría de organización de la vida social y económica de una comunidad humana, que se traduce en una organización espacial, una teoría que se presente como ruptura y que proponga un modo y un espacio de vida que sea el más adaptado a las necesidades generales del ser humano, una teoría que no se preocupe en demasía de las dificultades de su materialización, una utopía en suma.

Y es que la utopía es un artefacto propio del siglo XIX. La Ilustración del XVIII había permitido la expulsión de la religión del centro de toda vida humana, pero proponía la razón para sustituirla. Los románticos no la encontraban muy sexy y prefirieron el yo, el ego: el hombre sería el centro de su propio mundo. Parecía lógico, pero mientras tanto, en la primera mitad del siglo XIX, nacía el capitalismo y muchos pensadores se quedaban estomacados al ver los destrozos del liberalismo que se imponía en Inglaterra. Había que olvidarse del yo y proponer otro modelo de organización de la sociedad y los que hoy llamamos incorrectamente "socialistas utópicos", se pusieron manos a la obra... antes de que Marx arrasara con todo.

Fourier fue el primero y el más utópico de todos. Era un gris mercader de tejidos, un viajante de comercio, un hijo del capitalismo en una época en que aún no había tantos, que consideraba una impostura el sistema de libre cambio y de competencia basado en el precio de las cosas. Como muchos otros visionarios, no recibió una educación estructurada, no hablaba latín y era un pensador autodidacta y bastante aislado, hasta que al final de su vida sus escritos le hicieron famoso y se creó a su alrededor el "fourierismo".

Partiendo de un método tan típicamente decimonónico como la taxonomía (es decir, la clasificación de las cosas en clases y sub-clases hasta un infinito que a veces rayaba en la psicosis), Fourier decidió que el ser humano se podía clasificar en caracteres, sub-caracteres, sub-sub-caracteres... 810, para ser exactos. Si cogemos un representante-tipo de cada una de estos caracteres, le damos su pareja pertinente, tenemos una especie de Arca de Noé: 1620 personas, ni una más, ni una menos, que representan a la sociedad y que, en comunidad, ofrecen todo el potencial de interrelaciones entre humanos. Para designar a su Arca, Fourier usó una palabra poco popular por estos lares: "falange" ("phalanx"), es decir la unidad de base de los regimientos griegos, en la que los hombres avanzan juntos y en harmonía. Hoy por hoy, cualquier guionista de series televisivas no hace sino aplicar estos principios, reuniendo a carácteres-tipo para hacerlos interactuar, creando un universo lo más ancho posible de interacciones. La comunidad en la que viviría esa falange sería el Falansterio.



Por si les hicieran gracia los despropósitos del visionario Fourier, lo mejor será despacharlo todos juntos antes de pasar a cosas serias. El mundo perfecto que imaginaba duraría 80.000 años, de los cuales 8.000 años serían la época de harmonía perfecta, con seis lunas gravitando alrededor de la Tierra, 37.000.000 de poetas de la calidad de Homero y cuatro amantes para cada mujer. Pero bueno, esto no es lo importante.

Lo importante es que Fourier rechazó el capitalismo de plano, sin posibilidad de reforma y decidió que la sociedad debía organizarse en función de las pasiones humanas. El término es ciertamente vago, pero el desarrollo de esa idea central de organización de la sociedad lo convierte en el revolucionario que fue.

Afirmaba que la satisfacción de las pasiones es liberadora, mientras que su represión crea contra-pasiones que son dañinas. Por tanto, la comunidad debe organizarse de modo que esa satisfacción se optimice. Al intentar definir cuáles son las grandes pasiones humanas, Fourier recurre de nuevo a la siempre divertida taxonomía con resultados muy interesantes:
  • La "Papillone" (mariposa) es la pasión por la variedad. Fourier comprendió un siglo antes que Chaplin que el capitalismo y la organización industrial de la sociedad se basa en la especialización, en la repetición hasta la locura de una misma función. El ser humano, en cambio, tiende hacia la variedad y en el Falansterio cada miembro conoce 20 oficios y practica cinco o seis al día. Es más, en cuanto a los productos cuyos procesos de fabricación impliquen oficios que atenten a la dignidad humana, la sociedad tendrá simplemente que aprender a vivir sin ellos.
  • La "Cabaliste" es la pasión por la intriga y la competición. Fourier afirma que esta inclinación es natural en el hombre, pero que al dirigirla hacia el provecho personal el capitalismo saca lo peor de ella. En el Falansterio, el afán de competición se dirigiría hacia la formación de grupos que colaborarían para mejorar los productos creados por la sociedad.
  • Finalmente, la "Composite" se refiere a la pasión por los placeres físicos y del alma. Fourier creía que la fidelidad era contraria a la naturaleza humana y que el matrimonio parecía pensado para recompensar a los perversos. La "Composite" hacía que fuera necesario que en el Falansterio, la vida social pudiera basarse en relaciones sexuales deshinibidas, básicamente en el montaje de orgías y en la negación de la pareja como institución. De hecho, Fourier es un precusor del feminismo, pues al rechazar de plano la institución familiar daba a la mujer un papel igual al del hombre en la sociedad y, de hecho, en su sociedad existirían las guarderías.

Como pueden ver, Fourier fue un genio que soñó con un mundo libre de ataduras falsamente morales y de un sistema general de producción. Aunque no consiguió crear ninguna Comunidad que materializara sus aspiraciones, sí que le dio una forma teórica a ese curioso objeto que es el Falansterio: una estructura única, en la que nadie dispone de habitaciones particulares: en el piso bajo viven los viejos, los niños en el entrepiso y los adultos en el primer piso. En el centro de la estructura, la Torre del Orden, con los servicios públicos, sobre todo el reloj y los medios d ecomunicación con el exterior. A partir de la torre, dos alas se despliegan, conteniendo todas las funciones productivas, sociales y residenciales, distribuidas a través de una galería que se encuentra en el primer piso. Espacios públicos y privados se alternan. La simetría del conjunto es esencial, así como la presencia de los tres patios. La autosuficiencia del conjunto es absolutamente esencial para el proyecto.

La fundación de la utopía urbana se basa, por lo tanto, en la ruptura tanto con el mundo tradicional de la iglesia y la familia como con el incipiente sistema capitalista, puesto que ambos reprimen la satisfacción de las pasiones humanas. En su traducción espacial, la utopía pretende abolir no tanto la privacidad, que es necesaria para el contacto físico, como la estructura familiar en pos de la vida comunitaria. Éste de la comunidad/familia será un tema recurrente en todas las utopías urbanas, como verán los que sigan leyendo esta serie.

8 comentarios:

antonioasencio dijo...

Hola Nacho. Seguiré atentamente todo lo que escribas sobre Fourier porque, sinceramente, me parece interesantísimo. Había leído por encima cosas de él pero nunca de una forma tan sintética y detallada. La verdad es Fourier se sitúa en el péndulo de una tendencia sociológica que bascula entre la afirmación total y absoluta de la individualidad y la preponderancia, por contra, del grupo. Pero parece que en su afirmación del individuo y sus pasiones, se inventó, paradójicamente, una ciudad totalitaria, un sistema total. La comunidad no permite, sino que exige la libertad. La libertad no entendida como derecho, sino como obligación. Liberalismo positivo, pues. Es decir, prohíbe instituciones intermedias como la familia...etc. Leyendo el post me vino a la cabeza, por supuesto, Marcuse. Otro utópido libertario. Sobre todo sus teorías sobre el hombre unidimensional y el multidimensional. Ahí coincido. Creo que la unidimensionalidad es algo verdaderamente deshumanizador, más que las teorías post-estructuralistas fuertes. Y creo que, frente a las amenazas que se han cernido, caminamos hacia lo multidimensional, hacia la pluralidad laboral, intelectual e identitaria. Y todo eso, conjugado con la especialización y la reactivación, también, identitaria. Menudo lío. Necesitamos nuevas fórmulas, ¿no crees?

Nacho Asenjo dijo...

Muchas gracias, Marta. Sólo un apunte: yo no quiero enseñar, sólo compartir cosas que me interesan y creo que puedan interesar. Tengo la impresión de que sí que tengo un cierto tono profesoral y por eso la gente no me deja más comentarios, lo que me haría ilusión. Tal vez se deba a que no hablo de política ni de temas cotidianos que la gente conoce y puede comentar.

Oye, ¿para cuando el róximo encuentro? esta vez vengo seguro... y me quedo!!! que me jodió mucho tener que irme la otra vez.

Un abrazo.

Nacho Asenjo dijo...

Antonio,

tienes razón al sacar el tema de la libertad. Es paradójico, pero a la vez tan propio de las utopías, querer liberar al hombre de esclavitudes creando a la vez nuevas esclavitudes. Lo curioso de Fourier es que defina tan nítidamente cuáles son los deseos frustrados del hombre para crear una sociedad en la el hombre los satisfaga: no que tenga la posibilidad de satisfacerlos, sino que lo haga. Quiera o no.

La definición de las pasiones, de lo que el hombre realmente desea, es inevitablemente un cortapisas a la libertad individual. En democracia, es la voluntad del hombre lo que define lo que es bueno para él. Pero al hablar de utopía urbanas no hablamos de democracias.

De hecho, si no he tratado el tema es porque a lo largo de la serie haré más d eun artículo que versará sobre ello.

Un abrazo.

antonioasencio dijo...

El tema está en dónde sitúes la libertad: si antes de la sociedad (Rousseau) o después de la misma. Yo creo que está después: es decir, que la libertad no es un estado natural del hombre, sino todo lo contrario, que se conquista, que se "produce". En este sentido está claro que Fourier quería producir un determinado tipo de libertad. La ciudad el espacio perfecto. A todo esto, habría que preguntarse por el tema de la sexualidad y la libertad: ¿Por qué, en todas las teorías libertarias, tiene un papel fundamental la sexualidad? ¿Existe una sexualidad verdaderamente libre -y por tanto, natural-, o toda sexualidad es producida por sistemas culturales de representación y represión? ¿Si follamos todos como locos, quiere eso decir que follamos librememnte? ¿La promiscuidad es libertad? Son temas jodidos eh..., pero constantes.

Anónimo dijo...

Italo Calvino, che a Fourier ha dedicato tre saggi tra il 1971 e il 1974, dice: “Il maggio francese aveva vantato Fourier tra i suoi precursori, ma a me interessava come modello d’un ordine mentale che non seguiva affatto la corrente. Fourier dimostra che una civilita’ antirepressiva non vuol dire uno scatenamento d’impulsi vitali, di spontaneismi confusi, ma richiede conoscenza e precisione, un’organizzazione complessa, spirito classificatorio, programmi previsti nei minimi dettagli”. “[…] al contrario di quello che si puo’ pensare, una teoria antirepressiva portata alle estreme conseguenze come questa di Fourier lascia ben poco margine alla spontaneita’, al caso, alla indeterminatezza degli impulsi psicologici: tutto e’ calcolato, preciso, concertato”. Nello stesso periodo, fortemente influenzato dal clima culturale francese e da quegli scrittori sperimentali che daranno poi vita allo strutturalismo, Calvino scrive “Le citta’ invisibili” (1972): lo scrittore immagina che il grande viaggiatore Marco Polo presenti all’imperatore dei Tartari un resoconto dei suoi viaggi in Estremo Oriente, e produce cinquantacinque descrizioni di citta’ immaginarie, tutte con nome di donna, divisi in undici percorsi tematici (“Le citta’ e la memoria”, “Le citta’ e il desiderio”, ecc.). Il fantastico e l’immaginifico si mescolano alla riflessione filosofica e alla valenza simbolica di ogni singolo scritto. E conclude: “L’inferno dei viventi non e’ qualcosa che sara’: se ce n’e’ uno, e’ quello che e’ gia’ qui, l’inferno che abitiamo tutti i giorni, che formiamo stando insieme. Due modi ci sono per non soffrirne. Il primo riesce facile a molti: accettare l’inferno e diventarne parte fino al punto di non vederlo piu’. Il secondo e’ rischioso ed esige attenzione e apprendimento continui: cercare e saper riconoscere chi e cosa, in mezzo all’inferno, non e’ inferno, e farlo durare, e dargli spazio”.

Anónimo dijo...

PEDAZO DE MIERDAAA LOKOO

RESUMELO KE TNG KE ACER UN TRABAJO PA LA KLASE MONGOOOOOLLLL ¬¬'


PST

Anónimo dijo...

AAA POR CIERTOOO SOY LA VERIKO PLEYYYY


DEEEES LICEUUUUUUUU :p

MARRATXIII MALLORKAAAA


CARA MONOOOSSSSS

ENSERIO KE PEDAZO DE MIERDAAAAA


DISESELLOOOOOOOOO

DISEELOO DISEELOOOO

OLEEE 0OLEEEE SA VERIKOO TOO XULIYAAA

Anónimo dijo...

si quieres un libro de fourier existen: hay uno de textos seleccionados sobre el falansterio, pero puedes encontrar este quizas:
Carlos Fourier. "El Falansterio" Editorial Intermundo: Buenos Aires. 1946.

Contiene un prologo de Carlos Etkin. Y esta impreso en buenos aires en noviembre del 1946.

Saludos