31.10.09

"La herencia del olvido" de Reyes Mate.

Quiero dejar aquí rápidamente constancia de lo mucho que me ha interesado el libro de Reyes Mate, último premio nacional de ensayo, "La herencia del olvido. Ensayos en torno a la razón compasiva". No soy un lector frecuente de ensayos y, desde luego no prentendo desde aquí ni analizar ni criticar este libro.


Quiero simplemente decir que me ha parecido que Reyes Mate toca con gran inteligencia varios elementos de lo que habría que llamar un zeitgeist contemporáneo. Su objetivo principal es abrir algunas líneas de reflexión sobre qué tipo de pensamiento puede sentar las bases de nuestra vida colectiva, ahora que el universalismo racionalista parece haber quedado desprestigiado por las barbaries del siglo XX y en particular por el holocausto. Personalmente, siempre he estado convencido de que hay un hilo conductor que lleva del racionalismo de la Ilustración hasta los campos de exterminio, pero nunca había leído un libro que intentara buscar alternativas.

Entre otras muchas cosas, Reyes Mate dice que uno de los problemas del concepto de progreso que hemos heredado del universalismo racionalista es que implica que habrá necesariamente víctimas en el camino hacia un mundo mejor. Al mirar hacia atrás, el presente, fruto de ese progreso, tiende a olvidar a esas víctimas y a quedarse con la parte de la Historia que han escrito los victoriosos, es decir con lo que ha sido, olvidando siempre lo que podía haber sido y no fue. Las esperanzas frustradas, el sufrimieno. Mate, siguiendo la senda de Walter Benjamin, reivindica la memoria de esas víctimas, pero no sólo para no repetir en el presente los errores del pasado (lo cual no implicaría más que una pequeña variación sobre el mismo concepto de progreso que intenta rechazar), sino sobre todo para que nuestra percepción del presente cambie; es decir, que nos consideremos herederos no sólo de los vencedores, sino también de los vencidos y que integremos el sufrimiento de estos últimos en nuestra visión de lo que hemos recibido en herencia.

Personalmente, me parece que toca una fibra muy característica de la sensibilidad contemporánea. La dificultad del debate contemporáneo sobre la memoria de la Guerra Civil radica en que seguimos manteniendo una cierta concepción selectiva de la memoria colectiva. En cierto sentido, parece como si la democracia triunfante quisiera hoy reivindicar sus raíces en el pasado pre-franquista y negar la herencia de la violencia. En realidad, lo lógico sería aceptar en herencia la propia violencia del conflicto, entender que todos nosotros somos hijos de la sangre derramada en ambos bandos. Para eso hay que hablar, investigar, recordar y sí, abrir tumbas, para poder escuchar la voz de las víctimas.


Reyes Mate va más allá y habla, de nuevo en la senda de Benjamin, de un objetivo de redención del sufrimiento de las víctimas, de una búsqueda de la "eternidad del momento" de su sufrimiento, para que, en cierto sentido, todo nos llegue, que veamos todo. En una última pirueta, Mate llega a considerar el sufrimiento como un modo de conocimiento, de aprehender las cosas, alternativo al razonamiento conceptual que ignora las particularidades en pos de la generalidad. El sufrimiento es, por definición, particular y el autor recurre a un testimonio particularmente emotivo del holocausto para darnos a entender que a través del sufrimiento se pueden entender cosas a las cuales ningún razonamiento nos puede acercar. De ahí se deriva la importancia de los testimonios, de los que la Historia siempre ha desconfiado tanto.

Como habrán podido entender, Rayes Mate recurre con frecuencia a conceptos religiosos extraídos de la tradición judeo-cristiana, como mesianismo o redención. La primera reacción de mucha gente sería pensar que no son argumentos realmente racionales, pero es que pensar en ese binomio racional/irracional (o místico) es precisamente una de las críticas que un autor como Reyes Mate podría hacer al pensamiento contemporáneo. Al que se acerque a este libro con un espíritu abierto , le puede aportar una visión refrescante de problemas contemporáneos.

Me dejo muchas cosas en el tintero, en particular una visión interesante que intenta escapar al actual binomio universalismo/relativismo. Sin embargo, no esperen de este libro una prognosis clara: sería mucho pedir de un texto tan teórico.

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