28.1.06

Qué lugares

New York;

déjà vu





1

Jet lag: Me acabo apenas de recuperar del que me ha provocado mi primera visita física a Nueva York. Lo más justo sería decir que he visto cosas que vosotros podrías imaginar sin grandes esfuerzos: he visto el Empire State Building, el Chrysler, el Flat Iron, he visto negros obesos y blancas pijas estiradas, he visto niños corriendo felices por Central Park, he visto Wall Street, he visto la desolación de la Zona Cero, los cafés chics de Greenwich Village, las galerías de Chelsea, he visto 5th Avenue con su rosario de escaparates, he visto bares de moda y Diners mugrosos, he visto el Puente de Brooklyn y al girarme, a mi izquierda, he visto a lo lejos la Estatua de la Libertad. He visto cosas que todos habéis visto ya.



2

NY/NY: He dicho que era mi primera visita física a Nueva York porque ya había estado en Nueva York algunas veces, cientos, miles de veces. He soñado que estaba en Nueva York siendo yo mismo y probablemente también he soñado que recorría sus calles siendo un joven policía dispuesto a saltarse las reglas o un artista bohemio que malvive de su pintura o quizás incluso un broker de Wall Street, ambicioso y sin escrúpulos. Y sin duda lo he soñado dormido, pero también despierto, mientras veía una serie de televisión o una de las cientos, miles de películas que nos han mostrado a Nueva York desde que nacimos. Probablemente, incluso antes de nacer ya oía el Walk on the wild Side de Lou Reed, una de sus miles de bandas sonoras.


3

Fake: Sin duda recuerdan ustedes Eyes Wide Shut, la obra-testamento de Stanley Kubrick. Basada en el relato Traumnouvelle (que se podría traducir por relato soñado) de Stefan Zweig, es la historia de un viaje más mental que físico por Nueva York. En varias secuencias, Tom Cruise se pasea por unas calles creíbles hasta en el más mínimo detalle, pero que son totalmente falsas: son decorados del londinense estudio Pinewood. No se trata de un capricho de excéntrico, sino de una refinada técnica cinematográfica. El Nueva York que muestra la película es, a la vez, un espacio mental y un espacio real, que nos remite a la ciudad que todos tenemos en la mente pero parece más real. Las fotos que ilustran estas palabras son las del decorado.



4

Déjà vu: Es una reacción mental (la sensación de haber vivido ya una situación nueva) que suele explicarse por la confusión entre realidad y sueño. Es, por cierto, uno de los pocos inventos profundamente decimonónicos (Emile Boirac, L’avenir des sciences psychiques) que han llegado hasta nuestros días sin perder mucho crédito, quizás por lo común de la experiencia. Se dice que esa reacción viene acompañada por una sensación de “extrañeza” o “sobrecogimiento” pues la percepción sensorial y la percepción mental de lo que nos rodea se confunden. Ya no es percibir y posteriormente conocer, sino percibir lo que ya hemos conocido por otro canal que no es el de la percepción sensorial.


5

Experience: Eso es lo que le ocurre al que por primera vez visita Nueva York: tiene la sensación de haber estado, de algún modo, en cada esquina de la ciudad. Por lo tanto, el paseo de descubrimiento de la ciudad nunca es tal: todo se re-descubre, todo se vuelve a andar por enésima vez. Sólo que esta vez se mueven las piernas. Pasea uno por la ciudad extraño y sobrecogido, incapaz de controlar la actividad que recorre la mente sobreexcitada ante la familiaridad de todas las cosas y nunca, nunca sabe si está o no está donde físicamente está. Por eso, al ver la Estatua de la Libertad, a lo lejos, a la izquierda, uno vive un momento sobrecogedor, no tanto por la belleza de lo que ve como por lo interior de la experiencia perceptiva.

2 comentarios:

antonioasencio dijo...

¿Es Nueva York una utopía urbana? Curiosamente, es el lugar más libre, menos dirigido y planificado, hecho por la iniciativa privada: la selva, la jungla. ¿O no? ¿Qué piensas?

Por cierto, ¿cuá es el estilo de NYC ahora Nacho? ¿Conociste algún local canalla? ¿Existe, realmente, un underground...?

Nacho Asenjo dijo...

Sí, es el lugar por excelencia que parece que nace de la espontaneidad y la libertad puras. Pero tiene elementos quelo aemejan al espíritu de las colonias protestantes americanas. Central Park es un golpe de intromisión del poder pública en el mercado de lo sterrenos como se han visto (y agradecido) pocos en la historia. Debió de haber, en un principio, una idea común sobre cómo queremos vivir, qué tipo de ciudad queremos hacer, pero duró poco, desapraeció a golpe de olas migratorias y de dinero, dinero a espuertas. Eso es lo que rezuma NY. Sin idea común, el orden público parece que se limitó a decir hasta qué altura se podía construir para que llegara al menos algo de luz solar a las calles, por una pura cuestión de salubridad pública. Eso es NY: la iniciativa privada y la verticalidad. Gracias a Dios que existe, es fascinante.

Canallismo poco, querido. Todo muy hype, domina el pijerío y lo cool es lo más canalla que te encuentras. Pero eso es Manhattan. Según dicen, en Queens y en Brooklyn sí que hay más movimiento, más underground. En Manhattan e incluso en la parte de Brooklyn que visité, la bohemía es poco más que una marca registrada, como en montmartre: El Soho, Greenwich y Chelsea son parques de atracciones. Me encantó visitar las exposiciones de las galerías d echelsea, pero no hay vida en ellas: es como visitar un museo de Arte Moderno europeo. La gent eestá por la pela.

El canallismo que vi fue en un bar-restaurante latinoamericano con un encantador estilo cutre de lo más auténtico.

Pero a ver si te pongo en contacto con alguien que sabe del underground neoyorquino mil veces más que yo: la perla negra.